domingo, 3 de abril de 2011

Libre Asociación Con o Sin El PPD

Al PPD se le está haciendo muy tarde para asumir una postura de liderazgo en cuanto al futuro político de nuestro país. En ciertos momentos de su historia, algunos bastante recientes, ese partido nos ha llenado de esperanza al coquetear con conceptos propios de la libre asociación. Sin embargo, al fin y al cabo siempre han prevalecido en esa colectividad las mentes más conservadoras y politiqueras. En estos momentos no se vislumbra que eso vaya a cambiar drásticamente. Tanto el candidato a gobernador como los dos posibles candidatos a comisionado residente pertenecen a la derecha conservadora del partido y están comprometidos con la defensa férrea del ELA colonial. Les ha importado poco que el más reciente informe de Casa Blanca sobre el estatus de Puerto Rico indica de manera inequívoca que nuestro estatus político actual está sujeto a los poderes plenarios del Congreso de Estados Unidos bajo la clausula territorial y que el mismo no tiene posibilidades de mayor desarrollo autonómico.


El resto de nosotros no podemos seguir esperando por el PPD. Independientemente de por quién decidamos votar, si votamos, en las elecciones generales del 2012, los que creemos en la libre asociación como solución descolonizadora para nuestra nación puertorriqueña tenemos el deber de movilizarnos para adelantar esa causa. Si el PPD despierta algún día y se nos une, los recibiremos con los brazos abiertos. Mientras tanto, los soberanistas no debemos perder ninguna oportunidad para hacernos sentir, para enviarle un mensaje claro a Estados Unidos y al mundo de que aquí somos muchos, muchísimos, los que nos sabemos nación.


El plebiscito que se avecina este año, por más amañado que sea, representa una oportunidad de adelantar el ideal de la libre asociación y no debemos desaprovecharla. La abstención de los soberanistas en el plebiscito sólo adelantaría la agenda de los colonialistas y estadistas. Sería trágico quedarnos de brazos cruzados y permitirle al PNP reclamar una súper-mayoría para la estadidad en el plebiscito de este año. Por más que después expliquemos, gritemos y pataleemos, el mensaje que le enviaríamos a Estados Unidos y al mundo es que los soberanistas somos dos o tres gatos y que la inmensa mayoría de nosotros queremos ser “parte de” los Estados Unidos. Tenemos ante nosotros la oportunidad de enviarles el mensaje opuesto. Intensifiquemos pues, inmediatamente, la educación sobre la fórmula de la libre asociación y salgamos a votar el día del plebiscito por esa opción descolonizadora.