domingo, 24 de enero de 2010

Llegó el Momento de la Suprema Definición Para el PPD

La guerra anunciada comenzó el 18 de enero del 2010. Los anexionistas lite, que controlan la Junta de Gobierno del PPD, sacaron las garras y aprobaron una resolución que básicamente afirma que en el PPD mandan los colonialistas y que el partido seguirá defendiendo el ELA colonial con etiqueta, esencia y peste también. Algunos de ellos han llegado a asegurar que los soberanistas no caben en ese partido. En resumidas cuentas, se acabó la tregua. La guerra está declarada.

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Las reacciones de los líderes soberanistas del PPD no se han hecho esperar. Luis Vega Ramos, por ejemplo, ha criticado duramente la resolución, catalogándola de "regalo de octavitas a Fortuño y el PNP", así como “imprudente y contraria a las posiciones aprobadas unánimemente por la asamblea general”. Los soberanistas han descrito de varias formas esta movida de Héctor Ferrer, José Alfredo Hernández Mayoral, Alejandro García Padilla y demás colonialistas que plagan el liderato de ese partido. La acción se ha descrito como vergüenza, retroceso, bajeza y traición, entre otras cosas. Yo tengo otra palabra para describir este conflicto – necesario.

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El PPD ha sido por mucho tiempo la sombrilla bajo la cual han convivido incómodamente dos vertientes políticas completamente distintas. Los anexionistas lite, liderados en estos momentos por el triunvirato colonialista de Héctor Ferrer, José Alfredo Hernández Mayoral y Alejandro García Padilla, predican la “unión permanente” y el “vínculo indisoluble con los Estados Unidos”. Los soberanistas, cuyo liderato incluye a compañeros como Luis Vega Ramos, Carmen Yulín Cruz y Charlie Hernández, abogan por la negociación de un tratado de libre asociación con los Estados Unidos que reconozca nuestra soberanía y establezca en parámetros precisos, no ambiguos, las relaciones entre nuestra nación y los Estados Unidos. Mientras que la negociación de un tratado de libre asociación fuera de la cláusula territorial sería la culminación lógica del autonomismo puertorriqueño, la visión ambivalente de los anexionistas lite representa un giro peligroso hacia el asimilismo.

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El conflicto que ha estallado entre estos dos grupos era inevitable y tendrá, pase lo que pase, un saldo positivo para Puerto Rico. La convivencia de soberanistas y colonialistas en un mismo partido ha creado un centro artificial en el espectro político puertorriqueño. Este conflicto creará una necesaria polarización entre las fuerzas soberanistas, que otros han llamado también puertorriqueñistas, y las fuerzas asimilistas, aquellos que tienen tan poca confianza en nuestra nación que prefieren ser una colonia con mantengo federal asegurado o incluso anexarse a la metrópoli. El momento de la suprema definición les ha llegado a todos los populares.

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Hay quienes piensan que los soberanistas del PPD deberían fundar un nuevo partido. Otros pensamos que el PPD le pertenece a los soberanistas. Algo sí es seguro, en el PPD no caben soberanistas y asimilados pues una cosa es la antítesis de la otra. Ya sea el PPD o un nuevo partido, los soberanistas necesitan tener su propia casa, libre de colonialistas. La próxima Asamblea General del PPD dictará el futuro de ese partido. Los líderes soberanistas irán con fuerza a rescatar el PPD de la oscuridad asimilista en que los anexionistas lite lo han sumido. El pueblo soberanista los apoyará enérgicamente y esperamos que logren su objetivo. Sin embargo, la única derrota sería hacer las paces con los asimilados. Con este divorcio ganamos todos.

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