jueves, 4 de febrero de 2010

Manual Para Ganar La Guerra Por La Nación Puertorriqueña

Quiero comenzar este artículo haciendo una aclaración importante. Hay preciados compañeros a los que no les ha agradado que yo utilice la palabra guerra para describir la lucha contra el anexionismo en Puerto Rico e incluso el conflicto interno que en estos momentos arde en el corazón del PPD. Yo no utilizaría la palabra guerra para describir las diferencias entre republicanos y demócratas en los Estados Unidos o entre conservadores y liberales en Francia. Sin embargo, cuando existe una fuerza organizada que tiene como objetivo hacer desaparecer tu país del mapa, estás en una guerra lo quieras reconocer o no. Ese es el caso en Puerto Rico, donde el objetivo primario de uno de los partidos de mayoría, el PNP, es anexar a Puerto Rico a los Estados Unidos, destruyendo así nuestra personalidad y presencia como nación en el mundo. Cómplices de ese enemigo de la nación puertorriqueña son también aquellos que en este momento intentan un golpe de estado dentro del PPD a nombre de un colonialismo descarado que no es sino una vertiente liberal del anexionismo.

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Si estamos en una guerra donde nos jugamos la existencia misma de nuestra nación, más vale que sepamos como triunfar. Nuestro conflicto es uno de mentes y corazones, por lo cual las únicas armas que necesitamos son nuestra propia claridad de espíritu, nuestra entrega, la palabra sincera y nuestro ejemplo. Las armas del enemigo son el miedo, la duda, la confusión, las medias verdades e incluso la total mentira. Como he mencionado antes, no todos nuestros enemigos residen en el PNP sino que se han infiltrado también en el mismo PPD. Por sus palabras y acciones los reconocerán.

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Las decisiones que tomemos con respecto a cómo organizarnos para la batalla determinarán nuestro éxito o fracaso. No pretendo alegar que la estrategia que propongo a continuación es la única que funcionaría. Es simplemente, en mi opinión, la estrategia que más posibilidades de triunfo nos brinda. Como en esta guerra nos lo jugamos todo, considero sensato elegir la estrategia con mayor potencial para la victoria.

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Entiendo que en la primera mitad del 2010 deberemos sentar las bases de una alianza soberanista que nos permita detener el avance de las fuerzas anexionistas en nuestra nación. La opción con mayor potencial de convergencia entre todos los soberanistas sería la propuesta de un tratado de libre asociación. Los detalles de tal propuesta tendrían que negociarse entre los representantes de los grupos soberanistas que forjen la alianza. A este junte histórico se le podrá llamar Mesa Redonda Soberanista, Congreso Pro Libre Asociación, Asamblea Soberanista o cualquier otro nombre que exalte la puertorriqueñidad indomable que nos une, a la vez que inspire en los líderes participantes la voluntad para trascender cualquier diferencia.

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En el PPD se libra en estos momentos una necesaria lucha por la definición ideológica de ese partido. El desenlace de esa batalla decidirá si la alianza soberanista puede contar con la maquinaria del PPD. Lo ideal sería poder contar con ese instrumento de lucha, pero si no se logra eso hay que seguir adelante con los instrumentos que tengamos y/o podamos desarrollar. Si como se vislumbra, el PNP celebra un plebiscito criollo este año, deberemos utilizarlo para “dar la sorpresa” y establecer a la libre asociación como opción real en la mente de los puertorriqueños.

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De celebrarse el plebiscito criollo, lo que más convendría sería tener sólo las opciones de estadidad, libre asociación e independencia, sin ELA colonial. Sin embargo, lo peor que puede pasar, de haber las cuatro opciones, es que la estadidad obtenga su 45% y el ELA colonial y la libre asociación se repartan la gran mayoría del 55% restante. Ese resultado no acercaría la estadidad ni un centímetro. Como he dicho antes, el gobierno de los Estados Unidos no considerará la estadidad para Puerto Rico sin una supermayoría de los votos, y muchos menos si es en un plebiscito criollo.

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El resto es oportunidad de crecimiento para la alianza soberanista. Si la libre asociación obtuviera el 30% de los votos y dejara al ELA colonial rezagado en tercer lugar, habremos adelantado nuestra lucha mucho más que en los pasados 50 años. Esa podría ser la estocada mortal a los defensores de la colonia, despejando así el camino para que la libre asociación se convierta en la opción de triunfo contra el anexionismo. Esto a su vez daría paso a una necesaria polarización de fuerzas ideológicas en Puerto Rico. Al fin y al cabo las opciones para nuestro pueblo serán sólo dos: puertorriqueños o asimilados.

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Alcanzada dicha coyuntura, deberemos no sólo continuar, sino intensificar nuestros esfuerzos educativos en cuanto a la libre asociación y la soberanía. Será necesario caminar cada rincón de la isla, dialogando con el pueblo, sustituyendo mitos y miedos con entendimiento, confianza y orgullo. Con cada mente que liberemos se fortalecerá el movimiento soberanista. Ya sea en un plebiscito avalado por el Congreso de Estados Unidos o en el escenario de una Asamblea Constituyente, el capítulo final de esta guerra por la nación puertorriqueña deberá ser un duelo entre la alianza soberanista y las fuerzas anexionistas, sin terceros de por medio. La libre asociación será la carta de triunfo para una nación que en el día y la hora de la suprema definición se negará a dejar de ser.

3 comentarios:

  1. Omar te felicito. Está muy clara esta declaración de guerra. No es necesario tomar las armas cuando se cuenta con el derecho natural de todo ser humano adquirido al nacer en la tierra, el país y la nación que le tocó por herencia de sus padres y antepasados. Cuenta conmigo.

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  2. Es ideal, el plan está claro y es lo que hay que hacer... pero no se llame nadie a engaño. ¿Qué se le dice a esa inmensa multitud que vive enajenada del análisis político, que por su poco acceso a una educación viven marginados en una subcultura de sobrevivencia y entretenimiento que se financia con ayudas económicas y la economía subterránea? Hasta que se logre una generación como la que tuvimos en el pasado en donde el orgullo de un trabajo valía más que la ventaja de cualificar para más dinero en subsidios. ¿Cómo llegar a las grandes mayorías con educación, cuando detrás llega el político ofreciendo gratificación inmediata? Hoy día hay demasiada gente que prefiere un plasma en su sala, que ahorrar para saldar las cuentas o para tener un fondo intocable para emergencias? La Libre Asociación, como la Soberanía plena exigen unas décadas de trabajo arduo, sacrificio y orgullo de vivir con menos en lo que se echa adelante al país... Lo lamento mucho, pero creo que se nos fué el tren de la historia. Sinceramente creo que como único el pueblo afrontaría estos sacrificios por la Soberanía, sería si se nos impusiera sin alternativas por parte de EEUU. Y aún así, serían miles los que aprovechando la vigencia de la ciudadanía americana, andonarian junto s los suyos el país, para no perder beneficios reales y hasta los imaginarios y no tener que pasar los dolores de parto que imponen la autosuficiencia

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  3. Anónimo #2,

    Esa es la problemática que enfrentamos. El colonialismo ha creado esa dependencia económica que describes y erosionado los valores y la dignidad de muchos puertorriqueños. Si nos convenciéramos de que ese mal no tiene cura, sería el final del camino para nuestra nación. No podemos hacer eso. Yo estoy convencido de que la mayoría de los que no se han entregado al anexionismo del PNP tienen cura. La cura es deshacernos del falso centro donde esos puertorriqueños se han cobijado para evitar el momento de la suprema definición individual y colectiva. Si forzamos la definición y más de 1/3 de los votantes eligen ser puertorriqueños y creer en el potencial de la nación puertorriqueña, desde allí podemos construir y crecer. Tienes mucha razón con respecto al rol crítico de la educación. Esto hay que hacerlo intensivamente, con un ejército de voluntarios peinando campo, pueblo y ciudad, hablándole a la gente en grupos pequeños y hasta de uno a uno. Saludos.

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